Quedan ocho edificios considerados como foco rojo

Así lo informó José Bizet Santos Jiménez, secretario municipal de Obras Públicas, Planeación, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, puntualizando que de esos once edificios detectados con daños mayores, tres de plano se vinieron abajo, sin generar daños a la población.

Fue en octubre del año pasado cuando se realizaron los recorridos, y en agosto de este año, diez meses después, que el INAH hizo llegar el diagnóstico respecto al estado de los edificios valorados, así como las recomendaciones para posibles remodelaciones o mantenimiento.

De los tres espacios colapsados, y de que de hecho ya no tenían uso desde hace varios años, uno de ellos, ubicado en Guerrero y Morelos está siendo intervenido para una nueva construcción, toda vez que la original desapareció totalmente, al caer su estructura general.

Los otros dos espacios colapsados se encuentran en Independencia y Bravo, así como otro ubicado sobre Luis Ponce, justo detrás de la parroquia de La Villita, todas ubicadas en el centro de la ciudad.

El funcionario recordó que ninguna instancia pública, de los tres órdenes de gobierno, tiene presupuestos para poder realizar rescate o por lo menos reparaciones a los edificios o construcciones.

Por lo que en caso de querer realizarlas, los propietarios deberán contar con sus propios recursos para ello, además de solicitar la asesoría del INAH para cumplir con normas y materiales originales, o que no rompan con el contexto de la edificación.

Pero también el municipio deberá ser reportado por los particulares, y por tanto, será la instancia local quien eventualmente otorgue los permisos para las intervenciones que se quieran realizar a las construcciones.

Santos Jiménez recordó que en todo momento, los propietarios de las construcciones deberán respetar las características originales de los inmuebles, pues de acuerdo al INAH, deben ser preservados de la forma más fiel posible a su contexto original (trazo, materiales, arquitectura, etcétera).