#Opiniones Ojalá

Sistema Aeroportuario Metropolitano

Por: Oscar Glenn

Este lunes se esperaba conocer el Plan Maestro para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, después de muchas interrogantes no respondidas de manera precisa, entre otras por la falta de proyectos y dictámenes oficiales indispensables para visualizar su operación óptima.

Llegado el día, las cosas cambiaron y presenciamos el inicio de estudios y trabajos preliminares para la construcción del Aeropuerto Internacional "General Felipe Ángeles", en los terrenos de la Base Aérea Militar de Santa Lucía. No el inicio de la construcción; no la presentación de un proyecto maestro, sólo trabajos previos.

Reveladora si resultó en este marco, la exposición del General de División,  Manuel de Jesús Hernández González, comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, quien destacó que la SEDENA asume la responsabilidad de construir y operar esta nueva terminal, a través de la Fuerza Aérea y la Dirección General de Ingenieros, para dar forma al Sistema  Aeroportuario Metropolitano, que deberá cubrir las necesidades de transporte aéreo nacional e internacional.

Explicó que la base de Santa Lucía, posee dimensiones y condiciones para construir un aeropuerto mixto (civil-militar) que impulse el desarrollo económico y sustentable del país, gracias a su privilegiada posición estratégica; contará con sistemas de navegación modernos, según detallan, tendrá capacidad para recibir 20 millones de pasajeros en su primera etapa y hasta 80 millones en 50 años -si medio siglo- cuando estará a plenitud de capacidad. Además que recibirá aviación de carga cuando esté funcionando en 2021.

La SEDENA asegura que han consultado con instituciones especializadas en aeronáutica, tanto nacionales como internacionales, que han estimado la viabilidad de que opere sin problema; recibiendo aviación de carga y aviación general, sin disminuir la vocación estratégica de Santa Lucía para las operaciones militares, para que el gobierno federal pueda responder a las emergencias y necesidades nacionales de toda índole, como la aplicación del Plan DN-III-E, protección de instalaciones estratégicas o incendios forestales.

El ejército invierte buena parte de su credibilidad en este proyecto que ha sido severamente cuestionado y se ofrece como una decisión fundamentalmente más económica. Ojalá que haya en esa convicción un cúmulo creciente de información precisa que lleve a buen término la obra, que las aerolíneas encuentren esa misma conveniencia y que los usuarios no acaben pagando los costos de esta decisión, porque sobre eso poco de ha dicho.